22 agosto 2011

Viento del alma

Cuando el viento comienza a soplar muy cerca de mi,
pareciera acariciar mi rostro tivio,
como una mano del pasado que me produce un escalofrio,
doy la vuelta y no hay nadie trás de mi,
sólo la quietud de la noche,
del atardecer vacio y solitaria
que jamás pensé encontrar...

Una luz tenue asoma a mis ojos humedos,
brillan ahora cual vaso de cristal al fuego.

Quisiera verte aquí,
aparecer al cerrar mis ojos,
sentir tu mirada sobre mis hombros,
y el suspiro eterno en mi cuello descubierto por la brisa marina,
y mi cabello suelto enredado en el viento.


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